El padre de Mireia, la pequeña de 4 años que murió el viernes ahogada en una piscina Municipal, habla entre la profunda tristeza, la indignación y la incomprensión. Hoy los Mossos investigan al responsable de la piscina y a la monitora que debía vigilar a la niña por un posible delito de homicidio imprudente grave. Aseguran que es un caso complicado porque no hay cámaras de seguridad y solo tienen el testimonio de 11 testigos. Todos coinciden en que no oyeron nada. En el momento del accidente había 27 niños y 9 adultos, 4 de ellos con titulación de socorrismo. La juez de momento no ha imputado a nadie. Hoy se llevan a la pequeña a Fortuna, en Murcia, al pueblo de su madre, allí la enterraran mañana.