El Mercado de la Boquería, de Barcelona, se ha convertido en toda una atracción turística. Los visitantes se hacen selfies con los productos, hay aglomeraciones en los pasillos, gritos o cánticos de despedidas de soltero. Un comportamiento del cual se quejan los comerciantes. Los agentes cívicos que se encargan que compradores y turistas disfruten del lugar por igual para que el mercado recupere su esencia. 15 agentes están ya presentes en puntos turísticos de Barcelona para que todos y no sólo los turistas se lleven un buen recuerdo a casa.