En Carmona, Sevilla, los vecinos están sorprendidos por un fenómeno que se produce en sus campos de girasoles; una auténtica fiebre entre los japoneses que visitan nuestro país y que llegan a pagar bastante dinero por hacerse una foto con unos girasoles gigantes. Más de 3.000 personas del país nipón van a visitarlos cada primavera. A algunos les fascina tanto que pagan 250 euros para que les envíen fotos y vídeos y así convertirse en agricultores virtuales. Pasear entre los girasoles y hacerse un selfie se ha puesto de moda en el país del sol naciente.
-Redacción-