Tras una lona y un andamio se trabaja para extraer la piedra de 500 kilos con el medallón de Francisco Franco.
Lleva en el pabellón real de la emblemática plaza Mayor de Salamanca desde 1937 y a pesar de la ley de Memoria histórica, ha costado 10 años dar el paso. Hoy, vecinos y visitantes siguen sin ponerse de acuerdo, mientras, el alcalde mira desde el balcón pero ni él ni nadie de su equipo ha querido estar presente. En contra de una decisión que ha tenido que resolverse en los tribunales.
Aunque carece de valor artístico, el escudo se conservará en el centro de arte contemporáneo DA2 de Salamanca. Falta ahora saber qué pondrán en su lugar, podría ser Felipe VI, que antes o después buscará su hueco entre todos los ilustres.
Más complicada es la retirada del inmenso escudo franquista que corona la Agencia tributaria de Bilbao. Desde el 23 de mayo, también con años de retraso, los operarios trabajan para desmontarlo, pieza a pieza, hasta dejar únicamente el escudo constitucional.