La banda llega a la vivienda donde tiene el encargo de secuestrar a dos hombres. Son las dos víctimas que han sido engañadas y creen que van a cerrar un negocio de compraventa de oro. Sacan maniatado al primero envuelto en una alfombra y lo introducen en una furgoneta. No les importa el paso de vehículos y casi se cruzan con un hombre que pasea a su perro. 20 minutos después sacan al segundo rehén. Durante el recorrido consiguen saltar del vehículo, cada uno a un lado de la carretera, y permanecen escondidos cuatro horas. El jefe de la banda que había ordenado el secuestro fue detenido cuando regresaba de Málaga en la estación de Atocha. Es un delincuente con antecedentes por homicidio amenazas y extorsión. En su casa encontraron las pruebas de la deuda de 300.000 euros que habían contraído las dos víctimas con él por 10 kilos de cocaína.
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