Se han jugado la vida durante cuatro días volando muy bajo entre humo y fuego para frenar el avance de las llamas. El capitán Gutiérrez del 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas y el teniente García han volado nueve horas diarias junto con otros 10 compañeros en los 4 hidroaviones que envió el Ejército para apoyar a Portugal. En cuatro días han realizado 648 descargas arrojando un total de 3240 toneladas de agua. El peor enemigo que han tenido ha sido el viento que ha extendido el fuego hacíendolo difícil de controlar, pero gracias a su intervención desde el aire han logrado que el fuego fuera poco a poco perdiendo intensidad.