Si no llueve intensamente este otoño, España sufrirá la peor sequía en más de veinte años. La situación es similar a la vivida en los años 90. Son períodos de escasas precipitaciones, que duran entre dos y cuatro años, propios del clima mediterráneo. Aunque el aumento de las temperaturas, a consecuencia del cambio climático, augura sequías más extremas y más duraderas. El agua embalsada en los pantanos ha caido entre un 30 y un 50 por ciento, según las cuencas hidrográficas.