Cuatro pasos hacia adelante, dos hacia la derecha, dos hacia la izquierda y cuatro hacia atrás. Éste era el ritual y el único movimiento posible que realizo Ortega Lara durante el año y medio que estuvo secuestrado por ETA en un oscuro y minúsculo zulo bajo una nave en Mondragón, Guipúzcoa. El funcionario de prisiones vio de nuevo la luz del sol y de la libertad gracias a la Guardia Civil, un día como hoy hace 20 años.
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