En la localidad de Sant Jordi Desvalls, en Girona, los vecinos están desesperados por la plaga de moscas que está asolando al municipio. A pesar de poner medidas como trampas o proceder a fumigar los locales, siguen sin acabar con ellas. La situación se ha convertido en insostenible para los bares y restaurantes, pero también para las casas donde están sufriendo el aumento de estos insectos con la subida de las temperaturas.
-Redacción-