Si pasean por las calles de Brighton en Inglaterra, pueden toparse con esta mujer. Provista de una máquina de escribir, no está escribiendo su próxima obra, la está dibujando. Se llama Keira Rathbone y lleva ya catorce años dibujando con su vieja máquina. Su inspiración: los edificios, la gente que les da vida e incluso los políticos.
"La gente que se arremolina en las calles le da vida a los edificios. Por eso me interesa la vida que fluye por sus alrededores"
Y es que provista solo de su ingenio y de su vieja amiga, ha de hacerlo despacito y con buena letra. Pues un error en el dibujo es dícil de corregir. A la gente que pasea por la calle parece gustarle su arte.
"A la gente le sorprende lo que hago y me devuelve esa sorpresa en forma de cumplidos o de miradas que me inspiran"
Sus obras pueden llegar a valer miles de libras. Un trabajo mañoso y genuino que reescribe las páginas en blanco del arte y de su fiel compañera.