De puertas afuera, aparente normalidad entre el president y su número dos, pero en la intimidad, un día más, crecen los desencuentros. Puigdemont ha dicho no a Junqueras cuando éste le ha dicho que sólo coordinará el referéndum si le da garantías de que van todos a una y prescinde de cualquier consejero que no siga el procés con todas las consecuencias. A pesar de la negativa, hoy el president ha mantenido el guión previsto y Junqueras se ha puesto de perfil. Esquerra se muestra desconfiada desde que hay consejeros que se quieren bajar del procés si puede acarrearles multas en un futuro, como los cinco millones que el Tribunal de Cuentas reclama a Artur Mas por el 9N. La semana pasada uno de esos consejeros fue cesado y el PdCat dio el golpe en la mesa mirando a Esquerra porque están hartos de que el procés se traduzca en problemas jurídicos y económicos para ellos mientras que a Esquerra le da más votos en las encuestas.
-Redacción-