Los hermanos de Miguel Blesa guardan silencio a su llegada al tanatorio. Ni familiares, ni amigos. Nadie esperaba este trágico final. Al exbanquero le preocupaban sus cuentas pendientes con la justicia, pero no parecía deprimido. Un jarro de agua fría, para su mujer, Gema Gómez, que recibió con sorpresa y dolor la llamada de la muerte de su marido. Jamás había expresado su intención de quitarse la vida. Le pudo la presión, el escarnio público, opinan algunos de sus amigos más cercanos. Pero Miguel Blesa había superado peores reveses judiciales. Le vimos salir sonriente, aparentemente relajado, en su salida tras segundo ingreso en prisión. Nadie de su entorno sospechó de sus intenciones.
-Redacción-