Aunque parezca mentira, en esta casa un día vivió la genial escritora británica, Agatha Christie. Se encuentra en la antigua ciudad de Nimrud, en Irak. Era la capital asiria y poseía un gran patrimonio cultural. Por ello, cuando se casó con el arqueólogo Max Mallowan, se vinieron a vivir aquí.
"Cuando se casó con el arqueólogo Max Mallowan empezó a interesarse por las ruinas. Se enamoró de ellas. Untaba su propia crema solar para protegerlas. Eso demuestra cuánto las apreciaba"
Se embriagó de historia y alimentó su prosa con el pasado glorioso que una vez dominó esta tierra árida. Hasta que llegó el Estado Islámico y su cruzada contra la historia. Destrozaron las ruinas del palacio de Nimrud y convirtieron este tesoro en polvo y piedras.
Por ello, para este historiador iraquí, es seguro que Agatha Christie y su marido hubieran sufrido al ver en lo que su hogar se ha convertido.
"Estaría muy triste, hubiera llorado de tristeza por lo que le pasó a Nimrud y Mosul. Porque ella amaba Mosul, vivió aquí y conoció a su marido también aquí."
Pero este hecho no está sacado de una de sus novelas. Y en el gran libro de la historia, por desgracia, se ha escrito un crimen contra la cultura.