Bloques de hormigón o discretos bolardos son los nuevos salvavidas de las ciudades. Maceteros como los colocados en una calle peatonal de Salamanca obligan a circular en zig zag y, por lo tanto, a reducir la velocidad y evitar el peligro. En Granada la mayor barrera puede ser el propio coche de la policía atravesado en plena calle. Cualquier obstáculo sirve para frustrar atropellos masivos.
-Redacción-