Golpes, patadas, empujones, tensión, caos, cargas policías, violencia. El gobierno defiende que la actuación fue proporcional. Actuación que empezó con policías que se encontraron con la esperada resistencia ciudadana, y en unos casos se resolvió abriéndose paso de forma sincronizada y en otros con actitudes individuales. En ocasiones con la porra, con disparos de fogueo, y hasta con pelotas de goma, prohibidas en Cataluña desde hace 3 años.
Con personas mayores involucradas, e incluso niños en medio del caos.
Pero en otros casos han preferido no cargar. Vimos patrullas de la guardia civil expulsadas, y minorías que frente a una multitud enfadada, prefirieron no actuar ante los insultos, e incluso ante golpes como el que recibió un agente cuando le lanzaron una silla a la cara, o la lluvia de piedras a la que se enfrentó la guardia civil en Sant Carles de la Ràpita.
Hoy Puigdemont ha pedido la retirada de las fuerzas de seguridad, pero Interior asegura que el dispositivo continuará hasta el día 8, como estaba pensado.
En total hay 844 heridos además de 19 policías nacionales y 14 guardia civiles que precisaron intervención médica inmediata.