Este fin de semana ha comenzado en Múnich la Oktoberfest, la más importante y multitudinaria fiesta de la cerveza del mundo. El acto de apertura ha estado marcado por las fuertes medidas de seguridad, con un total de 600 policías desplegados para evitar cualquier tipo de incidente. El festival ha sido inaugurado, como cada año, por el alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, encargado de pinchar el primer barril. A continuación, y como marca la tradición, el alcalde ha servido al jefe del Gobierno bávaro, Horst Seehofer, la primera jarra de cerveza de litro, que este año ha subido su precio en 25 céntimos, para un total de 10,95 euros.