Su hijo cursa secundaria y en clase saben que sus padres son policías. Nunca hubo problemas hasta ahora, cuando en clase le reprochan las cargas policiales en los centros de votación. Estos policías no enseñan la cara porque tienen temor a sentirse señalados por la gente que les rodea. A esto se suma lo que representantes sindicales han insistido durante años sobre su situación en Cataluña: abandono por parte del Ministerio del Interior con el agravande de la discriminación salarial respecto a los Mossos, que cobran de media 600 euros más al mes dentro de la misma categoría.
-Redacción-