En principio nada en la vida absolutamente normal de Stephen Padock hace pensar que iba a convertirse en el autor de una masacre. Jubilado, 64 años, residente en una población del mismo estado de Nevada, aficionado a viajar de cuando en cuando a Las Vegas. Lo último que podían sospechar los asistentes al concierto es que iban a dispararles desde un hotel. El mayor sorprendido es su propio hermano que le describe como una persona totalmente normal.Nada tampoco en su biografía que lo vincule con el yihadismo. Por eso cuando Estado Islámico se ha atribuido el atentado, el FBI lo ha negado. No tenía conexión con el Daesh.Es la mayor tragedia de este tipo a la que se enfrenta Trump como presidente. Ha ordenado que las banderas ondeen a media asta. Visitará Las Vegas el miércoles.
-Redacción-