Mariano Rajoy y su gabinete ya trabajan con la eventualidad de que la respuesta del presidente catalán no será inequívoca. Por eso, le dará un segundo ultimátum, hasta el jueves, para que rectifique. Si esos hechos no llegan, el Ejecutivo está obligado a tomar la iniciativa en una situación que es inédita en nuestra democracia: activar el artículo 155 de la Constitución. Empezaría por destituir a todo el Govern y designar a las personas que puedan hacerse cargo de la gestión en Cataluña por un tiempo no superior a los seis meses, plazo en el que se convocarían nuevas elecciones. El Gobierno teme la reacción de un parte de la ciudadanía y sabe que el Parlament no puede ser disuelto, por eso desea que Cataluña vuelva a la legalidad, al escenario anterior a la aprobación de las leyes de ruptura e iniciar un diálogo en el Congreso, donde el PSOE ha propuesto una comisión para analizar el modelo territorial.
-Redacción-