Cientos de centroamericanos se congregaron este pasado jueves en México, en la frontera con Estados Unidos, con la intención de cruzarla para celebrar Acción de Gracias, pero se toparon con fuertes medidas de seguridad y muchas colas debido a la caravana de migrantes. Alrededor de 6.000 personas que han caminado atravesando México en las últimas semanas están ahora acampados en un campo de béisbol de Tijuana; muchos de ellos con niños. Las autoridades de Tijuana han informado de que se enfrentan a una espera de hasta seis meses para poder obtener una cita para defender su caso de asilo ante las autoridades de los Estados Unidos. El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastelum, ha pedido a la ONU "asistencia humanitaria" para hacer frente a este grave problema. A principios de esta semana, los funcionarios de Estados Unidos cerraron brevemente el cruce fronterizo principal en Tijuana, colocando barricadas y alambre con púas, después de que se les informase de que los migrantes podrían intentar acelerar el cruce. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha autorizado a las tropas desplegadas el uso de "fuerza letal" contra ellos en caso de ser necesario. 
-Redacción-