Vuelven los chalecos amarillos a tomar las calles de París y de otras importantes ciudades de Francia para protestar contra la subida de precios en los carburantes. En la capital francesa un despliegue especial de 3000 policías ha intentado evitar incidentes pero desde bien temprano ya hemos visto volar los primeros botes de humo sobre los manifestantes en los Campos Elíseos.
Poco después han entrado en acción los cañones de agua de la policía. Algunos chalecos amarillos han lanzado objetos contra los agentes e instantes después han comenzado las cargas policiales y las detenciones.
Las protestas contra la subida de los carburantes comenzaron el pasado fin de semana y a lo largo de esta, han continuado en mayor o menor medida por todo el país dejando un balance de dos muertos y 620 heridos, 17 de ellos de gravedad. Anoche un hombre vestido con un chaleco amarillo amenazó con hacer estallar una granada de mano cerca de una gasolinera en la localidad francesa de Angers si no era recibido por Macron aunque finalmente se entregó a la policía. Los chalecos amarillos son un movimiento social que ha surgido de manera espontánea apoyándose en las redes sociales protestan contra la fuerte subida del precio de los carburantes. Una decisión que el presidente Macron ha presentado como una medida de corte ecologista aunque los manifestantes la ven como nuevo golpe contra las clases medias y bajas en favor del mercado petrolero. Los chalecos amarillos se autodefinen como apolíticos aunque cuentan con el apoyo del partido socialista, de la extrema izquierda de Menlenchón y de la extrema derecha de Marine Lepen.
-Redacción-