En el barco se prepara a diario comida para 3.500 cruceristas, pero sobra, y mucha, nada más y nada menos que 70 kilos en cada escala. Toda esa comida acababa en la basura, pero desde hace año y medio se envasa y se guarda en las cámaras frigoríficas hasta que en el puerto la entregan al Banco de Alimentos. Y creen que así pueden conseguir este objetivo en 2020. Todos son platos preparados a bordo pero que no se han llegado a servir a los cruceristas porque no han cenado. Por eso se llevan directamente a cada comedor social. La empresa de cruceros empezó a colaborar con el Banco de Alimentos en Italia, siguió en Francia y ahora llega a España. La primera escala, Barcelona, pero seguirá ampliando los puertos de solidaridad.
-Redacción-