Agustín, de 56 años, murió en su domicilio en 2013. Estaba prejubilado y los vecinos dicen que tenía una hija, pero lo cierto es que nadie le ha echado de menos durante todo este tiempo. Había comprado un piso al separarse, a escasos metros de su mujer, sin embargo los impagos han hecho que una comisión judicial lo haya encontrado sin vida, en su interior, al acudir a desahuciarle. La noticia ha pillado por sorpresa a los vecinos, que incluso pensaron en su fallecimiento en alguna residencia. Descartan que Agustín muriera de forma violenta. Perdió la vida en la más absoluta soledad.
-Redacción-