Hosteleros y comerciantes temen que sus negocios peligren si la gente no puede acceder al centro. Hay tabernas que perderán clientes de toda la vida; los repartidores sólo pueden entrar cuatro horas; hay preocupación en las tiendas y también dudas en los aparcamientos porque hasta mayo no habrá carteles que indiquen si hay o no plazas libres antes de entrar a Madrid Central. Autónomos y comercios se quejan porque temen por su futuro en el centro de la capital. Por eso protestan con el apagón contra el nuevo corazón de Madrid con menos humos.
-Redacción-