Son las 8.30 h de la mañana. Los primeros en llegar: Sánchez y Cuixart, en una furgoneta de la Guardia Civil desde la prisión de Soto del Real. Cinco minutos después las exconselleras Dolos Bassa y Meritxel Borrás, desde de la prisión de Alcalá Meco. Y procedentes del centro penitenciario de Estremera llegaban a las nueve y cuarto los otros seis exmiembros del Govern. Ninguno va esposado. De la cárcel al Supremo pasando por la Audiencia Nacional necesariamente, porque allí hay calabozos y en el Supremo no. Pero ambos edificios están a menos de 200 metros. La coordinación en los traslados, en pareja según orden de citación, ha resultado de lo más complicada. Al inmenso trasiego de furgones de la policía se ha sumado la nube de periodistas y medios gráficos, que han invadido las inmediaciones del Supremo. A cuatro días de que empiece la campaña, la contradicción entre lo político y lo que es judicial está sin resolver. Y los furgones aquí en el Supremo volverán a movilizarse, porque todos, los diez vuelven a la cárcel, al menos, hasta el lunes.
-Redacción-