Es toda una tradición en la universidad de Manila. Los miembros de la fraternidad Alpha Omega, desde hace casi 40 años, se quitan la ropa para protestar por una causa. La de este año: denunciar la cruenta política del presidente filipino Rodrigo Duterte contra el narcotráfico. En su peculiar carrera, los corredores, solo hombres, cubiertos con pasamontañas y máscaras, denuncian la arbitrariedad e impunidad con que actúan las fuerzas de seguridad en el país. Unas tácticas poco ortodoxas que dejan ya 6 mil muertos.
-Redacción-