Trabaja mano a mano con los migrantes, defendiendo los derechos humanos de los más olvidados. Pero hoy Helena Maleno, activista española, afronta el peor trago de su vida: la Justicia marroquí la ha llamado a declarar acusada de tráfico de personas. Una auténtica paradoja porque Maleno no trafica con los migrantes, les salva la vida. Cuando una patera se pierde en el Estrecho es ella la que se encarga de llamar a Salvamento Marítimo; les da toda la información posible para que la embarcación sea rescatada y salvar decenas de vidas. Consciente de que puede entrar en prisión, defenderá siempre que salvar vidas no es un delito. Maleno vive en Tánger y está en contacto permanente con centenares de personas que pretenden llegar a España; una activista incómoda para los gobiernos.
-Redacción-