La guardia civil localizó el arsenal cuando detectó en internet una venta sospechosa; pedían por un arma de 400 euros, unos 2000. Eso disparó las alarmas. Los detenidos en Gijón, Madrid y Torrelavega; dos se habían conocieron en un campo de tiro de Gijón y los otros habían hecho contacto en internet. Dos tenían talleres en el que reutilizaba armas y la munición utilizando la pólvora de los cartuchos de caza para cartucheria metálica.