Son los primeros golpes de una pleamar, que ya impone mucho respeto. Aunque algunos imprudentes no se la tengan. Lo más fácil es acabar empapado o peor aún. Las olas llegarán a los siete metros en galicia y la cornisa cantábrica. La alerta es naranja en toda la costa. Para evitar golpes de mar, se está extremando la seguridad.