Charco juega con su dueña, la persona que le salvó la vida hace solo unos días. Habían salido a pasear y el animal se llevó a la boca un trozo de salchicha que había en el suelo. La dueña, inmediatamente, se lo quitó y vio que estaba repleto de alfileres. Acudieron al veterinario y en la primera radiografía localizaron una veintena de alfileres en el estómago de Charco. Gracias a la rápida reacción, no han tenido que operarlo. No es la primera vez que dueños de perros se encuentran con este tipo de cebos.
-Redacción-