Ni cronómetros, ni ganadores, ni medallas, pero sí una meta: disfrutar con los animales paseando por la capital para acabar comiéndose las uvas juntos. Como cada 30 de Diciembre, tiene lugar esta peculiar carrera que ya se ha convertido en una tradición de la Navidad madrileña. La recaudación se destinará íntegramente al cuidado de los perros y gatos que la asociación de El Refugio rescata del abandono.
-Redacción-