El fuego continúa vivo en el centro de Kiev. Ni los esfuerzos de los antidisturbios, ni las promesas del presidente Yanukovich han calmado los ánimos de muchos habitantes de la capital ucraniana.Organizados, se encargan de hacer más grande la barricada que arde desde el pasado jueves. Y durante toda la noche del viernes han mantenido viva la llama de la protesta, a pocos centenares de metros del principal edificio del Gobierno. El presidente del país, Víctor Yanukóvich, se reunía ayer con líderes religiosos de distintas ramas para lanzar, básicamente dos mensajes. El primero, que no consentirá las protestas fuera de la ley.El segundo, críticas a la policía tras las terribles imágenes de tortura a algunos detenidos, en concreto la que ha dado la vuelta al mundo: un hombre completamente desnudo es obligado a posar delante de los agentes durante minutos en la calle con temperaturas bajo cero. Mientras, lo fotografían, maltratan y se ríen de él.Yanukovich ha prometido cambios en el Gobierno y la modificación de las leyes que restringen el derecho de reunión y endurecen las penas por manifestarse. Pero la oposición y los manifestantes exigen la dimisión del presidente. Pero esta mañana seguía viva la llama de las barricadas. En la capital, ni los -17 grados centígrados que se registraban a primera hora del sábado han apagado las barricadas. La protesta ha empezado a exportarse de la capital al resto del país. Y Yanukovich ya ha convocado una reunión de urgencia en el Parlamento para la próxima semana, que podría ser clave en el desarrollo de esta crisis, aunque ya ha dicho que no piensa dimitir.