Marcha atrás del Ministerio del Interior, que rebaja las competencias que atribuye a los vigilantes en su polémica Ley de Seguridad Privada. Ahora no podrán patrullar en vías públicas peatonales ni detener en la calle por delitos ajenos a los cometidos en el edificio que vigilan. Así, con las 12 enmiendas del PP, la persecución de los delicuentes por parte de vigilantes queda delimitada al recinto y el perímetro a proteger. Además ya no podrán interrogar al detenido ni pedirle datos, tendrán que esperar a la Policía.