Esta valla de seis metros coronada de concertinas delimita el perímetro de Melilla, miles de africanos intentan franquearla, muchos acaban heridos. Del otro lado, Marruecos ha empezado a construir una alambrada similar de dos metros de alto y en algunas zonas también con cuchillas. A estas medidas se suman las nuevas mallas antitrepa del lado español y los 230 efectivos desplegados hace unos días para reforzar el dispositivo. No solo vigilan la verja, también los pasos fronterizos. En Marruecos las excavadoras están construyendo un foso de tres metros de profundidad a 50 metros de la valla, dificultará aún más estos intentos de salto y según lo previsto estará acabado antes del fin del verano.