Es el abrazo que el mundo entero esperaba. Un muestra de afecto captada por las cámaras pero ya llevaban 6 horas llorando, abrazándose y contándose sus vidas, esas que deberían haber ido a la par pero que han estado separadas durante 36 años. Una búsqueda que Estela de Carlotto, la presidenta de las abuelas de la Paza de Myo, lleva haciendo desde hace años. Ha buscado a su nieto Guido hasta que lo ha encontrado. Ahora tiene el nombre de Ignacio, un pianista y compositor que reconoce que ha tenido miedo por no llegar a conocer jamás quiénes fueron sus padres. Su madre, Laura, asesinada con 24 años sólo pudo estar 5 horas con él. Dicen que se parece a su padre y que ahora es el momento de recuperar el tiempo perdido. Años, lucha, esfuerzo... hoy recompensados.Ya son 114 los niños recuperados. Una cifra que no es sólo un número, es un aliciente que reaviva la esperanza.