Con el paro juvenil por encima del 50%, el campo se está presentado como una salida profesional. Entre 2012 y 2013 las solicitudes de incorporación de jóvenes al sector agrario crecieron casi un 80 por ciento. Aunque queda mucho por hacer, sólo cinco de cada cien agricultores tiene menos de 35 años, el relevo generacional no se produce al ritmo adecuado y esto es una amenaza para el mundo rural. Iniciativas como la del Instituto Madrileño de Desarrollo Rural, que capacita con sus cursos a agricultores para prorfesionalizar el trabajo agrario y ganadero, pueden ayudar a cambiar esta situación. Los agricultores critican que las ayudas europeas no se dirigen a los jóvenes y piden al Ministerio de Agricultura que, al menos, recupere la inversión que se dedicaba antes de la crisis.