A los barrios de las Cortes y Embajadores cerrados ya para los coches se suman ahora Sol y Palacio; 352 hectáreas en total. Los que no sean vecinos de estas zonas sólo podrán circular por las grandes avenidas, como Bailén o Atocha, y para acceder a los 13 aparcamientos que hay encerrados en este perímetro. 22 cámaras vigilarán todas las matrículas que pasen por la zona. El que se salte la prohibición tendrá una multa de 90 euros. Sólo podrán circular libremente en vehículo los residentes, las motos, de siete de la mañana a diez de la noche, y las furgonetas con mercancías, de 10 de la mañana a una de la tarde los días laborables. Este proyecto entrará en vigor a sólo tres meses de que la alcaldesa Ana Botella deje el cargo. Su idea es que Chueca y Malasaña se cierren también al tráfico antes de las elecciones municipales. Madrid se suma así a Málaga, Granada o Sevilla que han cerrado el tráfico en su centro urbano, pero también a otras ciudades europeas como Londres, la mayor zona de exclusión al tráfico en una gran capital. En ella cualquiera que quiera acceder al centro en coche tiene que pagar 11,50 euros.