La primera conclusión viendo sus fotos es el culto al cuerpo de Antonio Ortiz. En el gimnasio madrileño al que acudía pocos le conocen. Y es que otra característica de su carácter es la introversión. De hecho en un centro deportivo de Santander, donde se matriculó recientemente, preguntó por la hora con menos afluencia. Lo describen como educado pero el Ministro del Interior ya apuntaba la violencia como característica. Violencia que comprobamos con la retahíla de antecedentes, sus siete años de cárcel por abusos sexuales a menor y su ocupación como matón de agresivos clanes. Es divorciado y padre de un hijo de 17 años.