A sus cincuenta años, la vida de Antonio ha pasado de saborear las mieles del éxito a ser desahuciado el pasado mes de julio. Subdirector de una empresa reconocida, al quedarse sin trabajo su coche se convirtió en su hogar hasta hoy. Este edificio le ha abierto las puertas y las ganas de vivir. No es el único. Isidro y Silvia están sin trabajo. No tienen casa, pero sí dos pequeños a los que mantener. Desesperados han visto en esta iniciativa la única manera de poder vivir juntos. En total son 17 familias las que han llegado a este edificio del barrio de la Trinidad. Un edificio que ha sido saqueado varias veces y que ahora están arreglando para que sea el hogar que tantos necesitan. Saben que en cualquier momento podrían echarles. El edificio al parecer es propiedad del banco malo. Ellos no pierden la esperanza de que sus vida bajo techo vuelvan a tener el sentido que un día perdieron.