Paul Kevin Curtis ha vivido una pesadilla durante esta última semana. A este ciudadano estadounidense se le ha hecho responsable de ser el que envió cartas con ricino al presidente Barack Obama y al senador republicano, Roger Wicker. Tras esta acusación errónea, Paul se encuentra ya en libertad. El FBI sigue buscando por todo el Estado de Mississippi al verdadero emisario de las misivas envenenadas.