Chicos como Óscar han cambiado el ladrillo por las vacas. Tras dedicarse a la construcción desde los 16 años, ahora lleva dos en paro. Asegura que no sabía nada de vacas. Suple la falta de formación con las ganas de trabajar, porque se considera un privilegiado. El propietario de una explotación dice que casi a diario viene gente pidiendo trabajo y ninguno tiene nada que ver con el mundo de la ganadería. Pero el sector pirmario en épocas de crisis es el que más aguanta, porque comer tenemos que comer. Ante la falta de perspectivas laborales, Ferrán y Cristina decidieron montar su propio negocio. Él es ingeniero industrial, ella trabajaba de comercial. Ahora, plantan patatas. No sabían nada de agricultura, pero donde no llega su experiencia encuentran los consejos de los vecinos. Ya han plantado su primera cosecha, su aventura en el campo está en marcha.