Lo que comenzó con una protesta pacífica por la tarde en Sao paulo, terminó con varios disturbios frente al ayuntamiento. La guardia municipal se ha tenido que refugiar dentro del edificio, donde algunos manifestantes se han enfrentado a ellos. Han quemado banderas y hasta una unidad móvil de televisión. Las de esta noche han sido unas protestas menos multitudinarias en las que han participado unas 50.000 personas. En Brasil se palpa el descontento general contra la subida de los precios del transporte y contra la gestión del gobierno de Rousseff. Estas movilizaciones son un mensaje directo a los que gobiernan. La presidenta ha dicho que estas protestas demuestran el valor de la democracia y que la voz de la calle debe de ser escuchado. Unas declaraciones que se producían horas después de que más de 200.000 personas se manifestaran en una decena de ciudades de todo el país el lunes por la noche. Entre ellas en Río de Janeiro, donde las protestas han dejado huella. Coches y locales quemados, cajeros destrozados y pintadas. Los manifestantes han anunciado nuevas movilizaciones para esta semana.