Los niños del colegio coruñés Parga Pondal ya no tienen tareas escolares que hacer al llegar a casa, porque el centro no les puede poner deberes. El padre de uno de los alumnos decidió acatar las normas al pie de la letra y una orden autonómica de 1997 lo impide. La mayoría de los padres no están de acuerdo. "No pedimos carga de deberes, sino crear un hábito", dice una de las madres afectadas que piden un cambio. Y hasta tal punto ha llegado la indignación que un grupo de padres ha iniciado una recogida de firmas, además de ponerles deberes a sus hijos.