La caja negra es un punto clave en la investigación para esclarecer las causas del accidente del Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira. Tras recuperarla después del accidente, hoy se abrirá bajo la supervisión técnica de un especialista en los Juzgados de Santaigo. El contenido se volcará en un ordenador y permitirá conocer qué pasó desde que el tren salió de Madrid hasta llegar al fatídico tramo, la velocidad a la que circulaba y las conversaciones en cabina.Los investigadores tratarán de determinar si Francisco Garzón estaba utilizando el teléfono móvil. Ante la sospecha de que el maquinista no estaba en su puesto en el trágico momento, el atestado de la Policía concluye que no abandono la cabina, sino que presionó todo momento el pedal conocido como 'hombre muerto', un dispositivo de seguridad que para el convoy en caso de que el maquinista sufra un desvanecimiento. Toda la información se contrastará con la declaración ante el juez de Francisco Garzón. Ha negado que el despiste fuera por llamadas o mensajes y ha dicho que se confundió al creer que estaba en otro tramo de la vía. A 190 kilómetros por hora fue consciente del despieste cuando vio la curva e intentó frenar. La Policía Científica también comenzará a analizar el resto de los vagones del tren, que permanecen custodiados.