Giro rocambolesco en Egipto. Mientras los Hermanos Musulmanes atraviesan sus horas más bajas, el hombre al que derrocaron, Hosni Mubarak, podría salir de prisión. "Tal vez mañana", decía su abogado tras visitarle en la cárcel. Estaba en prisión preventiva por un delito de cohecho y hoy el tribunal ha ordenado su liberación bajo fianza, tras devolver el importe de los regalos que recibió de un consorcio mediático estatal. Ahora, Mubarak podrá seguir el resto del juicio en su domicilio. Pero el domingo tendrá que presentarse de nuevo ante la justicia, esta vez para responder por la matanza de más de 800 personas en la Plaza Tahrir. Lleva en la cárcel desde 2011 y hace un año fue condenado a cadena perpetua. Pero recurrió la sentencia y el juicio se está repitiendo. Ahora, el plazo de prisión preventiva que permite la ley ha finalizado y el expresidente volverá a pisar las calles que se alzaron contra él, en un momento de máxima tensión. Porque tras la represión contra los Hermanos Musulmanes, su libertad podría interpretarse como una señal más de que el Ejército quiere asfixiar los aires de cambio surgidos de la primavera árabe.