Ante la amenaza de una intervención militar británica en Siria, decenas de personas se han concentrado frente a la residencia oficial de Cameron. Con pancartas han mostrado su rechazo ante el posible ataque. La mitad de los británicos se opone a una intervención, frente a sólo un 25% de partidarios. Los detractores consideran que tendría consecuencias terribles para la población siria.