En la línea que divide dos continentes, los que vienen de África saltan con agilidad para superar los tres últimos obstáculos que les separan del territorio español. Con tanta fuerza y en tanto número que llega un momento en que la valla se viene abajo con todos sus asaltantes. Realizan el abordaje más de 300 inmigrantes. Más de 100 logran pasar a Melilla, en muchos para ser arrestados en las calles todavía desiertas. Durante horas, y bajo los focos del helicóptero, proseguía la huída de los inmigrantes perseguidos por agentes que en ocasiones necesitaban triplicar en número al detenido para conseguir llevárselo de la calle.