Evo Morales cambió por unas horas la Asamblea General de la ONU por un campo de fútbol. Y todo por una buena causa. El presidente boliviano practicó su deporte favorito para respaldar una campaña de Naciones Unidas contra la violencia de género. El encuentro se disputó en la Roosevelt island de Nueva York y enfrentó a funcionarios y diplomáticos de la ONU. Aunque el resultado era lo de menos: el partido terminó 7-6 con derrota para el equipo de Morales.