El Ejecutivo catalán no tiene intención de dar marcha atrás. Y apela a su historia para dar solidez a sus intenciones. El propio Artur Mas lo explicaba así: "A veces, cuando viene gente de fuera, les explicamos qué significa el país, les paseamos por el Palacio de la Generalitat y les decimos "esto que veis es del siglo XIV". Entonces entienden algo diferente, entienden que el nuestro es un país que tiene una historia muy larga. Y cuando además les digo que yo soy el ciento vigésimo noveno presidente de la Generalitat se asustan un poco, pero es la realidad. Ha habido 129". Directamente, el Govern ha reclamado a Mariano Rajoy que explique qué puede ofrecer al proceso soberanista. Para el PP, una cuestión imposible que no conseguirán con amenazas. "Amenazas y más amenazas por los que lo único que quieren es tener más poder y lo único que quieren es echar la culpa a los demás de lo que ellos no saben hacer", ha dicho la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal. "Cataluña no se merece un Gobierno que sólo hable de fronteras", ha sentenciado. Así que tal vez por eso CiU se quiera asegurar el apoyo sin fisuras de Esquerra, que tendría hueco en el gobierno catalán una vez puesta la fecha a la consulta. Será antes de diciembre, como aprobó ayer el Parlament con el voto en contra incluso del PSC, al que esperan acabar sumando. Para el líder de ERC, Oriol Junqueras, "nuestro compromiso, siempre abierto, siempre generoso y de eso, estoy seguro, que no pueden tener ninguna duda el resto de fuerzas parlamentarias que se comprometen a dar voz a los ciudadanos de Cataluña". "Porque aquí se debería hacer piña ahora", ha comentado el president Artur Mas. "Ya muy difícil lo tenemos como para que aquí estemos discutiendo los unos con los otros. Dentro de Cataluña, cuanta más piña, mejor. Porque adversarios ya los tenemos fuera". "Que no vuelvan a apelar a la unidad porque ellos la han roto", le ha respondido el primer secretario del Partido Socialista de Cataluña. Pere Navarro ha explicado que "ayer rompieron ese espíritu de unidad y, por tanto, tendrán que demostrarnos con hechos, no con palabras sino con hechos, tendrán que demostrarnos que realmente quieren esa unidad". Los socialistas se sienten traicionados porque CiU, Esquerra e Iniciativa pactaron finalmente una resolución distinta a la que habían acordado, un documento que sólo reivindicaba el diálogo y el respeto a la legalidad.