El número de la mala suerte levanta este año más pasiones que nunca. Fechas importantes como la elección del nuevo Papa o el accidente de tren de Santiago y motivos personales también. Lo cierto es que hoy, por ser el último día, las colas se duplican hasta alcanzar las 9000 compras de décimos.Los más rezagados apuran hasta el último momento. Los vendedores ambulantes hacen su agosto estos días.A muchos les gustaría encontrar mañana en ese bombo su gran ilusión.